Todo lo que necesita saber sobre la retinopatía diabética


La retinopatía diabética ocurre cuando la diabetes daña los diminutos vasos sanguíneos de la retina. En este punto, la mayoría de las personas no notan ningún cambio en su visión. Como noviembre es el Mes de Concientización sobre la Diabetes y las Enfermedades de los Ojos, aprovechemos esta oportunidad para adquirir conocimientos sobre la Retinopatía Diabética.

Síntomas:

Inicialmente, el paciente puede experimentar puntos negros o cuerdas que se ven flotando en el campo de visión (flotadores), visión borrosa que no mejora con el uso de anteojos, dificultad para leer, cambio frecuente de anteojos y deterioro de la visión del color.

Eventualmente, a medida que la enfermedad progresa, podría haber una repentina pérdida severa de la visión.

Señales:

Formación de microaneurismas (dilatación en forma de globo de los vasos sanguíneos pequeños), quizás el signo más temprano de retinopatía diabética. Se ven como pequeños puntos rojos en la retina. Estos son los primeros cambios observados en el ojo.

Se pueden ver pequeños parches de sangrado (hemorragia) en la retina.

Se pueden ver pequeños puntos amarillos en la mácula (el área de máxima visión). Esto puede conducir a una disminución significativa de la visión.

A veces, el líquido puede acumularse en la retina y causar inflamación de la retina.

Eventualmente, debido a los niveles de azúcar descontrolados, estos cambios pueden progresar y empeorar dando como resultado una forma avanzada de retinopatía diabética. En esta forma de retinopatía diabética, crecen nuevos vasos sanguíneos sobre la retina y hacia el vítreo. El estallido de estos nuevos vasos sanguíneos puede causar sangrado en el ojo, una condición conocida como hemorragia vítrea. El paciente experimenta una pérdida severa y repentina de la visión y la presencia de una cortina negra que cae frente al ojo.

En algunos casos, la retina se separa (desprendimiento), lo que provoca la ceguera total. Tales casos a menudo requieren cirugía y los resultados de la cirugía son generalmente muy malos.

Cómo diagnosticar la retinopatía diabética?

Los chequeos regulares con lámpara de hendidura y lentes especiales en la clínica del oftalmólogo pueden ayudar a diagnosticar la retinopatía diabética.

Ciertas pruebas también se pueden hacer en casos de retinopatía diabética severa. Se realiza una angiografía del ojo conocida como angiografía por fluorescencia del fondo del ojo (FFA), en la que se inyecta un tinte en la vena del brazo. Este tinte llega al ojo y se capturan fotografías ampliadas del ojo con el uso de una cámara especializada. Esta prueba ayuda a confirmar el diagnóstico de etapa severa de la retinopatía diabética.

Opciones de tratamiento:

  • Láseres – Los láseres son ampliamente utilizados en el tratamiento de la retinopatía diabética y se realizan como un procedimiento ambulatorio bajo anestesia tópica. En este, se aplica un haz de luz en el área afectada de la retina, evitando así el sangrado. Este procedimiento toma alrededor de 10 a 20 minutos y se realiza en 2 a 3 sesiones, con un intervalo de 1 semana entre cada sesión. Es posible que se requieran procedimientos adicionales según la gravedad de la enfermedad.
  • inyecciones intravítreas – Las inyecciones se aplican dentro del ojo para reducir la hinchazón y el sangrado en la retina. Se administran un mínimo de 2-3 inyecciones mensuales, dependiendo de la mejoría del paciente. Se administran dentro del quirófano en condiciones estériles. El procedimiento dura entre 5 y 10 minutos.
  • Cirugía– Algunos casos severos de sangrado o retina separada pueden necesitar someterse a un procedimiento quirúrgico llamado vitrectomía.

El diagnóstico y tratamiento temprano es la clave para evitar daños irreversibles en la retina y pérdida severa de la visión. Para ello, se recomienda a los pacientes que padecen diabetes que se hagan un chequeo periódico cada 3-6 meses dependiendo de la gravedad de la enfermedad que afecta al ojo.