La baja visión es una condición que afecta aproximadamente a tres millones de personas en América del Norte. Puede ser causado por una serie de factores, que incluyen enfermedades hereditarias, lesión/trauma ocular, degeneración macular relacionada con la edad (AMD), retinopatía diabética, glaucoma y cataratas.
Si tiene baja visión, es esencial buscar atención médica de un oftalmólogo que pueda ayudar a diagnosticar la causa y recomendar opciones de tratamiento. También es esencial hacer ajustes en su vida diaria para compensar su visión reducida. Esto puede incluir el uso de libros y periódicos con letra grande, agrandar el texto en la pantalla de su computadora o usar ayudas especiales para la baja visión. Con la ayuda de un oftalmólogo y algunas modificaciones en su estilo de vida, es posible seguir viviendo una vida activa con baja visión.
La rehabilitación de la vista incluye una variedad de servicios, según las necesidades del individuo. Estos servicios pueden incluir:
– Capacitación sobre cómo usar dispositivos adaptables, como lupas o telescopios
– Ayuda con tareas que son difíciles debido a la baja visión, como leer o cocinar
– Consejería de apoyo emocional
– Referencias a otros servicios, como trabajo social o terapia ocupacional
La pérdida de la visión puede ser una experiencia difícil de atravesar. Muchas personas se sienten enojadas y frustradas cuando se enteran de que su pérdida de visión es irreversible. Es importante reconocer estos sentimientos y superarlos con la ayuda de un consejero o grupo de apoyo. Además, conocer las estrategias de rehabilitación de la visión te ayudará a mantenerte activo y evitar la depresión.
Los niños también sufren de baja visión. Hay muchas causas diferentes de la baja visión infantil, que pueden variar desde problemas congénitos en el ojo hasta lesiones o enfermedades que afectan el ojo más adelante en la vida.
Algunas causas comunes de baja visión en los niños incluyen:
– Cataratas: una catarata es un área nublada en el cristalino del ojo que puede causar una disminución de la visión. Las cataratas a menudo se pueden extirpar quirúrgicamente para mejorar la visión.
– Glaucoma: el glaucoma es una afección en la que se acumula demasiada presión dentro del ojo y puede dañar los nervios ópticos y provocar la pérdida de la visión. El glaucoma a menudo se puede tratar con medicamentos para reducir la presión dentro del ojo.
– Retinitis Pigmentosa: La retinitis pigmentosa es una condición hereditaria que causa un daño progresivo a la retina, lo que conduce a una disminución de la visión y eventualmente a la ceguera. No existe una cura médica conocida para la retinitis pigmentosa, aunque algunos tratamientos pueden retrasar su progresión.
– Degeneración Macular: La degeneración macular es una condición que afecta la parte central de la retina, causando disminución de la visión o ceguera. No existe una cura médica para la degeneración macular, pero hay tratamientos disponibles para ayudar a mantener la visión.
Si su hijo tiene baja visión, es importante trabajar con un oftalmólogo u optometrista que se especialice en el cuidado de la baja visión para desarrollar un plan de tratamiento. Esto puede incluir el uso de ayudas para la baja visión, como lupas o anteojos especiales, así como estrategias para mejorar las actividades diarias, como leer y escribir. Con un diagnóstico e intervención tempranos, la mayoría de los niños con baja visión aún pueden alcanzar su máximo potencial. Como padre, es fundamental estar al tanto de los signos de baja visión en los niños. Todo niño que presente síntomas atípicos debe acudir a un especialista con experiencia en la valoración y tratamiento de la visión infantil en cuanto los padres o tutores sospechen un retraso.
Los exámenes médicos de la vista realizados por un especialista son fundamentales para diagnosticar las enfermedades oculares en los niños de forma temprana. Las enfermedades oculares que pueden ocurrir en la infancia incluyen glaucoma, cataratas y retinosis pigmentaria. Si no se tratan, estas enfermedades pueden causar la pérdida permanente de la visión. Hay muchos tratamientos disponibles para la baja visión, dependiendo de la causa de la condición. Algunos tratamientos incluyen anteojos, lentes de contacto, medicamentos y cirugía. La mejor manera de tratar la baja visión es detectarla a tiempo, así que asegúrese de que un oftalmólogo examine regularmente los ojos de sus hijos. La rehabilitación de la visión consiste en enseñar a los pacientes a utilizar la visión que les queda lo mejor que puedan. Esto puede incluir aprender nuevas formas de realizar actividades, usar dispositivos o adaptaciones especiales y capacitación en técnicas compensatorias.
Además de los dispositivos, existen muchas otras estrategias que pueden ayudar a las personas con baja visión. Éstos incluyen:
– Mantener un ambiente bien iluminado
– Evitar el deslumbramiento de luces o ventanas
– Colocar objetos a plena vista
– Uso de colores de alto contraste.
– Marcado de bordes de escaleras y caminos.
La baja visión puede ser un desafío para las personas con las que vivir. Sin embargo, con la ayuda de la rehabilitación de la visión, muchas personas aprenden a llevar una vida relativamente normal. Si usted o alguien que conoce vive con baja visión, es importante buscar estos recursos y obtener la ayuda que necesita. Con las herramientas y el apoyo adecuados, es posible continuar viviendo una vida plena y activa.